El comediante y rostro de Corona, Lucho Miranda, se suma al especial del Día de la Madre para contarnos sobre la relación con su mamá, Mirta Espinosa, y para invitarnos a conocerla a través de su testimonio.
El único momento donde Lucho se sintió lejano a su mamá, fue cuando decidió que su pasión por la comedia sería su trabajo de tiempo completo. Ese giro en su carrera como contador auditor, no cayó muy bien a Mirta, ya que le destruía todo el “plan tradicional” que había imaginado para él. “Ahí sentí a mi mamá muy conservadora, y eso que nunca lo ha sido”, confiesa.
No obstante, ese periodo de tensión no atenuó su complicidad, la que se refleja en las rutinas de Lucho, donde Mirta tiene un rol protagónico. “Toda mi vida he vivido con ella, entonces muchas de las cosas que me han pasado, ella ha estado a mi lado. Así que obvio que la suelo incluir (…) Mi mamá sabe que es mi trabajo y se lo toma bien. Siempre hay chistes que le van a molestar –¿‘por qué contai eso’?-, pero después ve la reacción de la gente y se pone feliz”, relata.
Lo anterior se debe a lo que Lucho define como una sana relación de madre – hijo. “Mi mamá es una buena persona, siempre me da consejos, me ayuda en cosas, anda pendiente de lo que hago”, complementa. De hecho, el recuerdo que tiene de ella en su niñez es acompañándolo a jugar casi a diario, muy atenta a que hiciera sus ejercicios, apañándolo cuando más lo necesitaba.
Esa dedicación, lucha, paciencia y amor, lleva a que Lucho defina a Mirta como una mamá única. “Mi mamá tuvo que pelear y luchar. Lo hizo para que me incluyeran, para que me sintiera parte de la sociedad. Así que destacó mucho toda su labor”, cuenta.